sábado, 1 de marzo de 2014

Nuevas Formas De Llegar Al Cliente

De la misma forma que las marcas están perdiendo poder de influencia entre su público, los usuarios están potenciando su capacidad de respuesta, en parte gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, como el móvil o la red Internet.

Esta relación desigual pone de manifiesto no solo las dificultades comunicativas de los anunciantes para conectar con su público, sino además la existencia de un proceso de cambio social que dio comienzo a partir de la crisis de 1973 con el nacimiento de la Sociedad de la Información.

En un momento de crisis económica surge una alternativa social y económica donde la información y el conocimiento son la fuerza productiva. En definitiva, el sector de la información está conquistando el lugar que ocupaba el sector industrial en la Edad Moderna.

Pero se trata de una evolución y, por lo tanto, el cambio de la sociedad industrial a la sociedad de la información es gradual, pasando por etapas intermedias, como la sociedad posindustrial, en la que algunos autores consideran se está viviendo en la actualidad.

En este sentido, la sociedad se ha convertido en la sociedad de la información, debido, por un lado, al número de personas que trabajan en el sector de la información y, por otro, a la cantidad de información que los usuarios consumen en su vida diaria, en ocasiones sin apreciar su relevancia. Por tanto, es preciso detectar hasta qué punto el procesado de la información, en ocasiones a través de tecnologías, se hace imprescindible en la sociedad del siglo XXI.

El nuevo consumidor

 

EL Nuevo Consumidor

El consumo y, por tanto, el consumidor, como parte fundamental de las sociedades contemporáneas, han compartido este cambio protagonizado por la importancia del sector de la información y las nuevas tecnologías.

En esta evolución el consumidor ha pasado de considerarse un ser irracional, que se deja llevar por los productores de bienes, a una persona completamente racional con intereses exclusivamente económicos. Sin embargo, estas dos concepciones antagónicas están superadas por nuevas configuraciones más integradoras: así, algo hay de novedoso y revitalizante en las teorizaciones del nuevo consumidor, y es que se aleja de dos tópicos analíticos hoy inútiles en el estudio del consumo como problema social: uno es la idea del consumidor alineado, asimilado y totalmente dominado, sin razón, ni autonomía, sin sociabilidad mínima; el otro es el del consumidor racional puro, egoísta, sin más alma ni argumento que el de la maximización de sus preferencias individuales.

Las tendencias que vertebran esta nueva forma de considerar al consumidor son la seguridad, la simplificación, la personalización, el placer y, por supuesto, el conocimiento. Aunque algunas de estas características parezcan a primera vista contradictorias, todas están interrelacionadas y forman parte de esta nueva etapa de consumo, donde también se convive con otras fórmulas consumidoras más clásicas.

No todas las personas se interesan y buscan información sobre los productos que consumen para mejorar su calidad de vida, existen otras, más influenciables, que se dejan llevar por corrientes y estilos mayoritarios. Por otro lado, la falta de tiempo y la necesidad de tomar decisiones rápidas, pero eficaces, provoca un estado de estrés o de ansiedad, que se ha denominado “information anxiety” (Ansiedad de la información – Es el coste de la sobrecarga de información. Lo produce la creciente distancia que hay entre lo que sabemos y lo que creemos que deberíamos saber. Es el agujero negro que hay entre los datos y el conocimiento; lo que sucede cuando la información no nos dice lo que queremos o necesitamos saber).

De la misma manera, el consumidor se implicará más o menos en el proceso de decisión de compra, en función de la categoría del producto, del precio, de los riesgos asociados y, lo más importante, de su personalidad.


Por este motivo, en el ámbito profesional de la comunicación publicitaria se analizan, principalmente, las influencias íntimas y personales que incitan a comprar unos productos y a rechazar otros. Más allá del precio, la marca, el diseño e incluso las promociones, uno de los principales motivos de compra es la recomendación de amigos y familiares en los que se confía plenamente.

Redes sociales y clientes

 

Web 2.0 Y Redes Sociales

La Red es el término clave para entender la transformación social de los últimos 20 años. Numerosos autores presentan a las sociedades contemporáneas como sociedades altamente fragmentadas, como consecuencia de la pérdida de poder de la familia tradicional. Sin embargo, no se trata de una desintegración total, sino más bien de un cambio de modelo social que se ha denominado “individualismo en Red”, por el cual, las personas construyen sus relaciones sociales movidas más por intereses particulares o personales que por la proximidad geográfica de su lugar de residencia.

Aunque la familia y el ámbito local son todavía relevantes en la configuración social del individuo, es un hecho que cada vez más la sociabilidad se construye en torno al yo. En definitiva, el culto al individuo está legitimado socialmente, lo que se traduce en la promoción de todo tipo de actividades que mejoran o potencian el desarrollo de la personalidad, como una marca personal que se debe cultivar.

El colectivo donde mejor se puede apreciar el dominio del individualismo en red corresponde a los jóvenes, especialmente aquellos de la generación digital, que han crecido de forma natural con nuevas herramientas que multiplican sus posibilidades de comunicación. De hecho, el joven ha sido el gran impulsor de algunas tecnologías, y el responsable de su masificación, especialmente del móvil e Internet; estos jóvenes son los actores de la web 2.0.

De hecho, la palabra de moda en el entorno tecnológico es la web 2.0, que representa de forma perfecta la configuración social en red, o mejor dicho, en redes. La web 2.0, también denominada “web social” o “la web de las personas”, hace referencia a un cambio de mentalidad en la forma de utilizar los recursos telemáticos, lo que unido a una nueva generación de herramientas informáticas, ha fomentado la producción de contenidos por parte de los propios usuarios y las relaciones entre ellos.

Los servicios web 2.0 se caracterizan por utilizar, de forma creativa y colaborativa, la información para mejorar su potencial. Esto se concreta en el desarrollo de interfaces de usuarios ágiles y flexibles, que permiten mejorar la experiencia del internauta y la creación de una serie de servicios web para la gestión de contenidos. Por supuesto, todo ello apoyado por un conjunto de tecnologías complejas que se han disfrazado de simplicidad para permitir su utilización masiva, ya que el principio que sustenta la web 2.0 es la colaboración abierta de los usuarios para mejorar los servicios y las tecnologías.

En este contexto de cambio, la publicidad busca nuevas formas de atraer la atención de los consumidores, como consecuencia de la debilitación del modelo de comunicación masiva. No se trata de la “defunción” del modelo publicitario actual, sino de un agotamiento provocado principalmente por factores externos, como las transformaciones sociales y las nuevas tecnologías, que ofrecen mayor poder a los usuarios, y por factores internos, como la saturación publicitaria, la fuerte competitividad entre empresas y la aparición de nuevos medios de comunicación.

Conclusión

Por tanto, se presenta un panorama complejo tanto para las agencias de publicidad como para los anunciantes, debido a que los individuos, conscientes de su papel en la sociedad de consumo, se hacen más inmunes a los mensajes publicitarios, especialmente a aquellos típicos y carentes de creatividad o credibilidad.

Por tu éxito,
Fernando Amaro

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